El cura suspendido por apoyar el matrimonio gay se rebela y seguirá dando misa
Calificó de "destemplada" y "autoritaria" a la decisión del arzobispo de Córdoba. Y agregó: "El Evangelio me invita a ser libre". Fuentes eclesiásticas advirtieron que podría ser excomulgado.
El debate en torno al matrimonio homosexual acaba de provocar una resonante rebelión en la Iglesia. El cura Nicolás Alessio, que había sido suspendido por el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, por expresar su apoyo a la legislación que permitiría la boda entre personas del mismo sexo, anunció que desobedecerá esa decisión, a la que calificó como "destemplada" y "autoritaria", y que seguirá dando misa.
"Mi compromiso es con la comunidad. Yo creo en el Evangelio, no en los códigos canónicos y no voy a acatar algo que considero injusto", expresó Alessio hoy en declaraciones a radios y canales de Córdoba y Buenos Aires. "Voy a celebrar (misa) el próximo domingo con todas las ganas. El Evangelio de Jesús me invita a ser libre", agregó el cura.
La Iglesia adoptó una postura abiertamente contraria al matrimonio homosexual que incluyó fuertes frases de distintos obispos que llegaron a calificarlo como "un plan del demonio" para "acabar con la familia". De hecho, esta misma tarde, habrá una marcha a la que convocaron católicos y evangélicos.
Pero Alessio, que forma parte del grupo de sacerdotes "Monseñor Angelelli", que apoya el matrimonio gay, sostuvo que "es materia opinable el matrimonio homosexual" y que así lo dicen "cientos de teólogos, biblistas, sacerdotes y cristianos". Como respuesta, recibió una suspensión para ejercer el sacerdocio.
Ante los medios, el cura, párroco en la iglesia San Cayetano de la ciudad de Córdoba, calificó la medida como "destemplada" y "autoritaria" y dijo que le provocó "mucha tristeza y desazón". Pero también anticipó que no hará caso de la sanción "no por ser rebelde ni por capricho" sino por "ser coherente" con sus "opciones". Incluso advirtió que si la jerarquía eclesiástica pretende impedirle celebrar misa "tendrá que hacerlo por la fuerza".
Al referirse al diálogo que mantuvo con el obispo cordobés, relató: "Yo se lo dije a Carlos Ñáñez cuando me habló ayer a la mañana, "Carlos, yo tengo compromiso con mi comunidad, antes que cumplir una sanción injusta, autoritaria y destemplada. Yo no creo en toda esta legalidad vaticana, yo no me voy a someter al leguleyo romano, yo creo en el Evangelio. Si acá no hemos entendido que lo que Jesús plantea es una comunidad fraterna de hermanos y no una monarquía endiosada, no hemos entendido nada'. Pero (el obispo) no contesta".
Alessio fue aún más allá: acusó a la cúpula de la Iglesia de censurar y castigar a los que piensan distinto, de querer controlar la sexualidad de la gente y de no mover "ni un dedo" para "defender el trabajo y el salario de los argentinos".
El arzobispado, por su parte, anunció que someterá al sacerdote a un juicio canónico "luego de haber agotado todos los medios de solicitud" para que "se enmendase y retractase públicamente" y que por eso le prohibió el "ejercicio público del ministerio sacerdotal".
Fuentes eclesiásticas citadas por la agencia DyN advirtieron que si efectivamente el cura celebra misa a pesar de haber sido suspendido podría ser excomulgado.
CLARIN.COM
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