Creedence: remedio antinostalgia
Con tan solo dos integrantes originales, la legendaria banda americana agotó entradas en el Luna Park
Cuando John Tristao salió a escena, se le transformó la cara. Y no es justamente de esos tipos a los que les pueda sentar bien una mueca de sorpresa. Este patova de cabeza lustrada, brazos de muslo y camisa XXL le tocará aguantar un estadio lleno al frente de esta remasterizada versión de Creedence (Clearwater Revisited), una empresa que ya lleva 15 años al servicio de nostálgicos. Y esta noche hay trabajo de sobra.
Mientras John Fogerty sigue con su carrera solista y recién ahora suelta de manera amarreta algunos de sus viejos éxitos, Stu Cook y Doug "Cosmo" Clifford -base rítmica original de la banda de California- decidieron capitalizar su repertorio e interpretarlo con un buen equipo de colegas decididos a viajar en el tiempo. Pero aunque nada de esto sea lo mismo, a la gente ni le importa. Mmm... ¿Fogerty?
Es que acá parece que ganan las canciones. Primero es con "Born on the Bayou", "It Came Out of the Sky" y "Cotton Fields" que el juego se dispara a dos puntas: por debajo del escenario la pista se transforma en una fiesta de promoción 74', con cincuentones bailando acurrucados o aparatosos; y por arriba los anfitriones estallan agradecidos ante una multitud sin demasiadas pretensiones.
"Tengo una gran pregunta para hacerles: ¿qué demonios esta pasando en el mundo?", dice ahora para bajar Cook en plan viejo hippie. Aunque, tranquilos, no vino a dar sermones; solo se trata de la intro para sus conmovedoras versiones de "Who'll Stop the Rain" y "Long as I Can See the Light". Momentos que no hacen más que ratificar la innegable vigencia de estas viejas baladas sacadas de contexto.
Y si algo está claro es que a Creedence le sobra resto dentro de su repertorio para volarle la cabeza a esta pila de adultos sedientos de juventud. "Susy Q" es de los puntos rockeros más elevados, con la guitarra voladora de Elliot Easton (ex The Cars) que funciona como la turbina de la banda: sabe subir o bajar por igual. Siempre a su lado, Tristao (con idéntico registro vocal al de Fogerty) agita el bote, exige su cintura y sonríe simpático. Y si bien también se encuentra en escena Steve Gunner, encargado de las teclas y la tercera voz, el resto corre por cuenta de Cook y Clifford, que ostentan chapa de leyenda, tienen sus respectivos solos y cada tanto es estrellan en abrazo victorioso.
Para el final, antes de una apretada despedida, sólo quedan más clásicos: "Down on the Corner", "The Midnight Special", "Have You Ever Seen the Rain", "Travelin' Band" y "Good Golly Miss Molly". Infalibles. La perfecta banda de sonido para ver llorar a tu viejo, justo al lado tuyo, en medio de un concierto de rock.
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