Gays en el ejército: en Latinoamérica el cambio empezó
Mientras EE.UU. enterró la ley que prohíbe la presencia de homosexuales en las fuerzas militares, en América Latina al menos cuatro países ya avanzaron en esa dirección.
Al menos cuatro países sudamericanos ya empezaron a recorrer el camino por el que comenzó a andar Estados Unidos con la derogación de la ley que prohibía la presencia de personas abiertamente homosexuales en las Fuerzas Armadas.
Aunque con distintos grados de avance, los primeros pasos en ese sentido ya fueron dados por Colombia, Argentina, Uruguay y Perú.
En Washington, el presidente Barack Obama promulgó este miércoles la reforma legal aprobada la semana pasada en el Congreso, que no es otra cosa que el fin de la norma conocida como Don't ask, don't tell(No preguntes, no lo cuentes).
Esta ley, que data de los tiempos de la administración de Bill Clinton, en la década de 1990, establecía la expulsión de cualquier militar en servicio, cuya homosexualidad se hiciera pública.
Se estima que más de 10.000 personas fueron retiradas desde entonces de las Fuerzas Armadas estadounidenses, según denuncian organizaciones defensoras de los derechos de gays y lesbianas.
La mayoría de los países del mundo conocieron prohibiciones similares, aunque son varios los que comenzaron a remover ese tipo de legislación.
Cuestión de principios
En América Latina, Colombia eliminó las restricciones de su Reglamento de Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares en 1999, a raíz de un fallo de la Corte Constitucional.
En uno de los artículos del citado estatuto se establecía como "faltas al honor militar" el hecho de "vivir en adulterio o concubinato"; "asociarse o mantener notoria relación con personal que registre antecedentes penales o sean considerados como delincuentes de cualquier género o antisociales como drogadictos, homosexuales, prostitutas y proxenetas", así como "ejecutar actos de homosexualismo o practicar y propiciar la prostitución".
Cuando el tema se debatió en los estrados judiciales, el Ministerio del Interior argumentó a favor de la norma que entonces estaba vigente, afirmando que "la vida castrense debe someterse a un tratamiento diferencial a fin de que la conducta y la disciplina de los efectivos sean intachables", según se recoge en la sentencia de la Corte Constitucional de Colombia.
Para la cartera de Defensa, en tanto, la única expresión que debía eliminarse era la categoría de "antisociales" en la que se englobaba a los homosexuales. Sobre el resto del artículo cuestionado, esa institución sostuvo entonces que "como la carrera militar exige una vida digna que genere respeto por parte de los ciudadanos, el régimen disciplinario que la cobija trasciende las fronteras de la juridicidad para pasar a las de la eticidad".
Necesidad de nuevas leyes
Tanto en el caso colombiano como en otros que le siguieron, los cambios se produjeron a partir de pronunciamientos judiciales que declararon la inconstitucionalidad de tales prohibiciones, porque restringían derechos y no garantizaban la igualdad entre las personas.
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