El Papa se opuso a la educación laica en América Latina
En un discurso pronunciado ayer lunes ante el cuerpo diplomático, Benedicto XVI manifestó su preocupación por las nuevas leyes para una educación separada de la religión y solicitó la protección de las minorías cristianas en Medio Oriente.
El Papa calificó de "preocupante" que la educación en América Latina "sea puesta en peligro u obstaculizada" con proyectos de monopolios estatales, así como también criticó la enseñanza de valores "pretendidamente neutrales" en Europa, en una referencia implícita a España.
Las palabras del Pontífice fueron pronunciadas durante su tradicional encuentro en el Vaticano a inicios del año, con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
"Es preocupante que el servicio que las comunidades religiosas ofrecen a toda la sociedad, en particular mediante la educación de las jóvenes generaciones, sea puesto en peligro u obstaculizado por proyectos de ley que amenazan con crear una especie de monopolio estatal en materia escolástica, como se puede constatar por ejemplo en algunos países de América Latina", dijo Benedicto XVI ante los embajadores.
Asimismo el Santo Padre recalcó: "Exhorto a todos los gobiernos a promover sistemas educativos que respeten el derecho primordial de las familias a decidir la educación de sus hijos, inspirándose en el principio de subsidiariedad, esencial para organizar una sociedad justa".
El papá además afirmó que reconocer la libertad religiosa significaba, además, garantizar que las comunidades religiosas pudieran "trabajar libremente en la sociedad, con iniciativas en el ámbito social, caritativo o educativo" y subrayó que todo el mundo podía "constatar la fecunda labor de la Iglesia católica en estos ámbitos".
En el discurso, es muy posible que el Papa se haya referido a Bolivia y Venezuela, países que promulgaron recientemente controvertidas leyes de educación que proponen la formación laica, en medio de protestas de importantes sectores del magisterio y de la Iglesia católica.
Benedicto no sólo atacó duramente estas medidas, sino que también aseguró, que no podía guardar silencio ante "otra amenaza a la libertad religiosa de las familias en algunos países europeos". Aquello, fue considerado una referencia implícita a la materia en España dedicada a la "Educación para la Ciudadanía" aprobada por el gobierno socialista.
"Se ha impuesto la participación en cursos de educación sexual o cívica que transmiten una concepción de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la justa razón", aseguró.
Por otra parte, la autoridad máxima de la iglesia católica condenó de nuevo los atentados contra que dejaron decenas de muertos en Egipto, Irak y Nigeria y manifestó su preocupación por los cristianos de Medio Oriente y por los católicos de China.
"El peso particular de una determinada religión en una nación jamás debería implicar la discriminación en la vida social de los ciudadanos que pertenecen a otra confesión o, peor aún, que se consienta la violencia contra ellos".
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