MGMT en Mar del Plata: Delirio oceánico

En la playa y con un concierto pleno de matices, el binomio cool de Brooklyn debutó a lo grande en Argentina.

Poniéndole la frutilla al mejor fin de semana de lo que es, hasta este momento, la temporada marplatense, MGMT aterrizó por primera vez en Argentina y cumplió ampliamente con las loas que flanqueaban cada uno de sus pasos artísticos. Con el sol actuando de invitado estelar y las playas de Mute Club de Mar (la Morocha Beach) ofreciendo su espectacular escenografía, la dupla de Brooklyn se despachó con un show compacto, plagado de sensaciones.

Así, después de que los locales Altocamet prestaran su Dulce Calor (título del flamante álbum) para amenizar la espera, Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser pisaron las tablas apenas pasadas las 18:30hs y sacudieron la arena del parador más cool de la ciudad feliz. Surfeando su guitarra con una vincha en su frente (¿Jimi Hendrix de feria americana?) Andrew fue el maestro de una ceremonia donde no faltaron salmos de cosecha propia con mucho sabor a futuros clásicos.

A su izquierda, su media naranja artística, el peludo Ben, comandaba el elenco (bajista, baterista y tecladista, incluidos) con suficiencia, sabiendo que llevar al extremo el delirio sonoro es la marca de agua que llevará su firma. Más cerca de la psicodelia que de la complacencia, “Song for Dan Treacy”, “I found a whistle” y “The handshake”, fueron llenando de matices la tarde y moderando la euforia de las casi 15.000 almas que le dieron la bienvenida al proyecto musical más mentado de la última década.

Por otro lado, hits del calibre de “Time to pretend”, “Electric feel” y “Kids” hicieron danzar hasta a las sombrillas. La postal se completaba con el océano Atlántico recortando las siluetas de las féminas más hermosas de MDQ, quienes se contorneaban frenéticas y escondían miradas tras sus Ray Ban multicolores, mientras MGMT le ponía banda de sonido al juego de seducción y la histeria. Entonces, acompañando el crepúsculo y con el Febo huyendo a un costado del escenario, VanWyngarden y Goldwasser se marcharon flotando en la infinita belleza melódica de “Congratulations”. Paradisíaco.

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