Dilma Rousseff y el colectivo LGTB brasileño
Representantes del Movimiento LGBT brasileño prepararon una bandera arco iris de 20 metros de largo que incluía la leyenda “La Homofobia mata” para entregarle a la Presidenta Dilma Rousseff.
El mensaje lanzado por el movimiento es claro: una acción efectiva en la lucha contra la homofobia y la sanción de una ley que penalice estos actos. Si bien las ultimas noticias de la candidata del PT daban una especie de guiño a que este deseo fuera posible, el silencio sobre el tema y sus acciones demuestran que aún falta mucho camino por recorrer antes que Rousseff tome la bandera de la igualdad como política de estado, como lo hiciera su colega argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Previo al ballotage que la dieran elegida como presidenta de Brasil, la Asociación Brasileña de Gays, Lesbianas Bisexuales y Transexuales (ABGLT) redactó una carta pública a los candidatos en competencia pidiendo por la inclusión de los derechos de las minorías sexuales en el programa de gobierno. Días antes, la candidata de Lula se había comprometido con grupos religiosos a rechazar el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto. En entrevistas realizadas durante la campaña negó que fuese lesbiana y lo atribuyó a una campaña de desprestigio en su contra, y sobre el reconocimiento a parejas homosexuales solo expresó su apoyo a una unión civil, pero no al matrimonio.
Pese a esta perspectiva, un sondeo muestra que el 70.1% de la población LGTB considera que Dilma promoverá la aprobación de leyes que protejan los derechos de este colectivo.
Su antecesor, Lula da Silva ha dado incontables muestras e apoyo a la lucha contra la homofobia y a la inclusión social de las minorías sexuales.
“Si el Proyecto de criminalización de la Homofobia se aprueba, es obvio que Dilma no lo vetaría” sostuvo María Isabel da Silva, miembro de un grupo LGTB de San Pablo.
La expectativa del Movimiento esta puesto en la aprobación del Proyecto de Ley 122/06 que criminaliza los actos homofóbicos, y que actualmente se encuentra en la Comisión de Derechos Humanos del Senado, después de haber sido tratado por la Comisión de Asuntos Sociales, donde contaba con el apoyo de la senadora Fátima Cleide (PT-RO), de reconocida trayectoria por la igualdad de las personas.
Para que el Proyecto sea aprobado definitivamente debe pasar por la Comisión de Constitución y Justicia y llegar al pleno y ser aprobado por la Cámara.
Como la senadora Cleide no fue reelecta, muchos militantes temen que el Proyecto quede cajoneado por algún opositor, por ejemplo senador Magno Malta (PR-ES), que es pastor evangélico y afirma que el texto es inconstitucional y que no contempla la libertad de expresión.
En su discurso inaugural, la Presidenta de Brasil abogó por un país más justo e igualitario, donde combatirá la pobreza y el desempleo, pero no mencionó específicamente al colectivo LGTB.
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