El polémico obispo Munilla: del diablo en el feminismo a la 'sanación' de los gays

José Ignacio Munilla vuelve a generar polémica. A solo unos días del Día Internacional de la Mujer, el obispo de San Sebastián ha encendido la mecha una vez más al asegurar que existen dos tipos de feminismo, el "femenino", que según él busca la igualdad entre hombres y mujeres, y el "radical o de género", que busca equiparar "en todos los aspectos" a ambos sexos. En declaraciones a Radio María, ha asegurado que este último tiene como "víctima a la propia mujer y a la verdadera causa femenina". "Es curioso cómo el demonio puede meter un gol desde las propias filas. El feminismo, al haber asumido la ideología de género, se ha hecho una especie de 'hara kiri'", ha afirmado.

Pero ha ido a más, ya que ve este tipo de feminismo como algo "radical" porque defiende causas como "el aborto libre y gratuito", así como "el lesbianismo y el bisexualismo" y la anticoncepción. Sobre el aborto, el obispo Munilla, he señalado que se trata de un "genocidio femenino" que se ha convertido en algunos países en un "instrumento selectivo" utilizado en países como China para que no nazcan niñas.

Pero esta es la primera de muchas polémicas que ha protagonizado el obispo de San Sebastián. Muy próximo a los sectores más conservadores de la Iglesia Católica, el blanco de su última crítica a la sociedad fue para los ateos. En una carta pastoral fechada en el mes de septiembre, Munilla comparó a los "ateos radicales" con el Estado Islámico y afirmó que el ateísmo fue "la bandera más utilizada en el siglo XX para justificar el exterminio de millones de personas en el mundo entero". También se mostró a favor del autobús que la organización ultracatólica HazteOir hizo circular por media España para promocionar su campaña contra la diversidad sexual y defendió la libertad religiosa y pidió respeto a la fe.

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. (Efe)

Pero sus declaraciones suben de tono cuando se refiere a la homosexualidad. En su libro 'Sexo con alma y cuerpo', asegura que las prácticas homosexuales "no pueden recibir aprobación alguna" y les acusa de sufrir "una desviación neurótica". De hecho, considera que los jóvenes y adultos homosexuales "necesitan una sanación de las heridas afectivas" que, según afirma, provienen de la infancia y la adolescencia. "Son objetivamente desordenados", remarca.

Sin embargo, uno de sus temas preferidos es el referente a la mujer. En su libro deja muy claro cuáles son las diferencias entre hombres y mujeres. Por un lado son físicas: "Es obvio y visible que los hombres tienen testículos, pene (...) Es también obvio y visible que las mujeres tienen vulva, labios mayores y menores, clítoris... y que, en la pubertad, fruto de un proceso de hormonación diferenciado su cuerpo se redondea, desaparece el desarrollo mamario", escribe, para remarca que por esta cuestión "un hombre nunca va a tener que ir al ginecólogo, ni una mujer al urólogo". Pero la polémica vino al explicar las diferencias sociales. Munilla considera que una persona, por el solo hecho de ser mujer, "va a ser cíclica" y tendrá unos procesos hormonales que hacen "algunas mujeres sientan mucho, de tal manera que eso pueda afectar incluso a su estado de humor". "Puede estar más sensibles o susceptibles, a algunas les da por la actividad o por la limpieza", remarca.

Otro de sus temas 'estrella' es el sexo. Para Munilla no hay que "caer" en él antes del matrimonio, por lo que apela a la castidad para evitar tentaciones. Asegura que el hombre que se esfuerza por vivir en castidad antes de casarse "es más sensible", por lo que "si está muy enamorado" puede tener reacciones "desproporcionadas" como "una eyaculación que ni esperaba ni quería" pero que, en todo caso, no sería pecado, sino una "inquietud moral". Tampoco ve con buenos ojos que las parejas vivan juntas antes de casarse porque, según su libro, revela "miedo al matrimonio". Sobre la masturbación, el obispo de San Sebastián señala que se trata de una "especie de violencia" sobre el cuerpo que lo que busca es "arrancarle" el placer. También su rechazo a los anticonceptivos es total.

Fuente: El Confidencial

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